viernes, 23 de enero de 2015

OLGA OROZCO


DENSOS VELOS TE CUBREN, POESÍA



Édourd Boubat (1923 - 1999). Fotógrafo francés. Paris, 1970




No es en este volcán que hay debajo de mi lengua falaz donde te busco,
ni en esta espuma azul que hierve y cristaliza en mi cabeza,
sino en esas regiones que cambian de lugar cuando se nombran,
como el secreto yo
y las indescifrables colonias de otro mundo.

Noches y días con los ojos abiertos bajo el insoportable parpadeo del sol,
atisbando en el cielo una señal,
la sombra de un eclipse fulgurante sobre el rostro del tiempo,
una fisura blanca como un tajo de Dios en la muralla del planeta.
Algo con que alumbrar las sílabas dispersas de un código perdido
para poder leer en estas piedras mi costado invisible.

Pero ningún pentecostés de alas ardientes desciende sobre mí.
¡Variaciones del humo,
retazos de tinieblas con máscaras de plomo,
meteoros innominados que me sustraen la visión entre un batir de puertas!

Noches y días fortificada en la clausura de esta piel,
escarbando en la sangre como un topo,
removiendo en los huesos las fundaciones y las lápidas,
en busca de un indicio como de un talismán que me revierta la división y la caída.

¿Dónde fue sepultada la semilla de mi pequeño verbo aún sin formular?
¿En qué Delfos perdido en la corriente
suben como el vapor las voces desasidas que reclaman mi voz para manifestarse?
¿Y cómo asir el signo a la deriva
—ése y no cualquier otro—
en que debe encarnar cada fragmento de este inmenso silencio?

No hay respuesta que estalle como una constelación entre harapos nocturnos.
¡Apenas si fantasmas insondables de las profundidades,
territorios que comunican con pantanos,
astillas de palabras y guijarros que se disuelven en la insoluble nada!

Sin embargo
ahora mismo
o alguna vez
no sé
quién sabe
puede ser
a través de las dobles espesuras que cierran la salida
o acaso suspendida por un error de siglos en la red del instante
creí verte surgir como una isla
quizás como una barca entre las nubes o un castillo en el que alguien canta
o una gruta que avanza tormentosa con todos los sobrenaturales fuegos encendidos.

¡Ah las manos cortadas,
los ojos que encandilan y el oído que atruena!

¡Un puñado de polvo, mis vocablos!




De Mutaciones de la realidad, 1979






Olga Orozco

(1920-1999). Poeta argentina.

jueves, 22 de enero de 2015

EUGENIO MONTEJO


ERÓTICA ANTIGUA


Gustav Klimt (1862-1918). Pintor austriaco. Serpientes acuáticas, II, 1904-07



Repaso un álbum de eróticas imágenes
que datan del tiempo en que mis ojos
se hallaban a leguas de este mundo,
quizá donde se ocultan hoy aquellos cuerpos.
Miro en sus poses los íngrimos desnudos,
muslos y senos voluptuosos,
carnes con el sol dentro, goces, risas,
luna tras la colina de una espalda…
Paso las páginas buscando en cada gesto
la lumbre de un deseo que ya es ceniza.
Están dormidas, rígidas, las horas,
y entre las mariposas bisabuelas
arden las llamas de una ausencia amarilla
que me quema las manos.
En un instante más allá del tiempo
siento que yo también estoy con ellas,
que un sueño al fin confusamente nos reúne.
Puedo palpar sus cuerpos bajo el aire
que llega ahora de otro siglo,
beso los labios y las risas, las sonrisas,
estamos juntos aunque estén ausentes,
sé que se mueven al oír la música,
la magia de estas notas que se elevan
hasta que el álbum cerrado las acalle.



De: Partitura de la cigarra, 1999





Eugenio Montejo
(1938-2008). Poeta venezolano.



martes, 20 de enero de 2015

MARÍA CALCAÑO

TIEMPO CERRADO


Marc Chagall (Vitebsk, 1887-Saint-Paul-de-Vence, 1985). Pintor francés de origen ruso. Los Amantes, 1929.




Cerco tu rostro amado
con mis brazos.
Y huyo por tus ojos y tu boca
saltándote la impaciencia.

Nada tienes de extraño.
¡sólo eres tú!

También estos días
se quedarán sin edad.

Te beso entre los ojos.
¡Toda mi vida se va en este momento!

¿Hasta aquí llegará el mundo?




De: Entre la luna y los hombres (1961)



María Calcaño
(Maracaibo, 1906-1956). Poeta venezolana.