A
mi abuela,
a
sus mariposas,
a
su música.
George Wesley Bellows (1882 - 1925). Pintor estadounidense. Anciana, 1914
Mis manos
poco a poco
se van pareciendo a las
tuyas,
las manos que me
entregaste
para distraer
los vacíos,
de mi niñez.
Manos que me permitieron
jugar
con sus pliegues
y que luego te amputaron,
mientras tu estómago
drenaba
dolor añejo,
en las verdes angustias
de tus ojos,
en tu mirada
siempre triste,
por un amor perdido,
por un hijo
que inocente
se perdía
en las calles
en las que alguna vez
lustró zapatos y
repartió
el diario,
mientras tu cosías.
Ese hijo que viste crecer
hacia la muerte
con su aserrín
húmedo
en los pasos,
en la aceleración de tu
bendito corazón
que no pudo atraparlo
con las puntadas
que se parecían
a un hogar.
Tus manos amputadas
que ya no cosen,
no juegan conmigo,
que no envejecen
más,
que no descansan
y tampoco tocan la
armónica
que heredé
para intentar sostener
a papá
con alguna
cadencia que lo
arrullara.
Tu estómago
de nuevo,
goteando,
espeso,
desconsolado,
incompleto
frente a mí.
No pudimos
celebrar juntas,
abuela,
no pudimos apagar
las velas.
Apenas pude encenderlas
cuando tu muerte
y un año más de
mi vida
se armonizaban.
Aún guardo las mariposas
que me regalaste
el cumpleaños anterior,
sólo que una de esas
mariposas,
voló recientemente
a esconderse de mí.
Tal vez
te está acompañando,
tal vez sea una parte de
ti
que necesitabas cerca,
o acaso yo,
necesito
seguirla
hasta
la cajita
en la que
duermes.
5
de marzo de 2011
Daniela
Jaimes Borges
(Caracas,
1981) Poeta venezolana.
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