ZETA
Yo sé que he de morir,
que ha de venirme eso…
Pero no quiero llantos,
ni dobles de campanas
ni alborotos, ni rezos.
Déjame solamente
el calor de tu pecho
sin estorbo de gente…
Y ahora que nada me
dices,
habla de cosas buenas,
alegres, de mentira.
Bésame intensamente…,
júrame que me quieres
y descíñeme este peso
de angustia.
Después…
¡Qué importa!
Vendrán otras mujeres
a borrarte mis besos.
De: Alas fatales (1935)
María Calcaño
(Maracaibo, 1906-1956). Poeta venezolana.
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