EL PASO DEL RETORNO
A RAQUEL, Que me dijo
un día: «Cuando tú te
alejas un solo instante,
el tiempo y yo lloramos»
Onofre Jarpa (1849 – 1940). Pintor chileno.
Yo soy ese que salió hace
un año de su tierra
Buscando lejanías de vida
y muerte
Su propio corazón y el
corazón del mundo
Cuando el viento silbaba
entrañas
En un crepúsculo gigante
y sin recuerdos
Guiado por mi estrella
Con el pecho vacío
Y los ojos clavados en la
altura
Salí hacia mi destino
Oh mis buenos amigos
¿Me habéis reconocido?
He vivido una vida que no
puede vivirse
Pero tú Poesía no me has
abandonado un solo instante
Oh mis amigos aquí estoy
Vosotros sabéis acaso lo
que yo era
Pero nadie sabe lo que
soy
El viento me hizo viento
La sombra me hizo sombra
El horizonte me hizo
horizonte preparado a todo
La tarde me hizo tarde
Y el alba me hizo alba
para cantar de nuevo
Oh poeta esos tremendos
ojos
Ese andar de alma de
acero y de bondad de mármol
Éste es aquel que llegó
al final del último camino
Y que vuelve quizás con
otro paso
Hago al andar el ruido de
la muerte
Y si mis ojos os dicen
Cuánta vida he vivido y
cuánta muerte he muerto
Ellos podrían también
deciros
Cuánta vida he muerto y
cuánta muerte he vivido
¡Oh mis fantasmas! ¡Oh mis queridos espectros!
La noche ha dejado noche
en mis cabellos
¿En dónde estuve? ¿Por
dónde he andado?
¿Pero era ausencia
aquélla o era mayor presencia?
Cuando las piedras oyen
mi paso
Sienten una ternura que
les ensancha el alma
Se hacen señas furtivas y
hablan bajo:
Allí se acerca el buen
amigo
El hombre de las
distancias
Que viene fatigado de
tanta muerte al hombro
De tanta vida en el pecho
Y busca donde pasar la
noche
Heme aquí ante vuestros
limpios ojos
Heme aquí vestido de
lejanías
Atrás quedaron los negros
nubarrones
Los años de tinieblas en
el antro olvidado
Traigo un alma lavada por
el fuego
Vosotros me llamáis sin
saber a quién llamáis
Traigo un cristal sin
sombra un corazón que no decae
La imagen de la nada y un
rostro que sonríe
Traigo un amor muy
parecido al universo
La Poesía me despejó el
camino
Ya no hay banalidades en
mi vida
¿Quién guió mis pasos de
modo tan certero?
Mis ojos dicen a aquellos
que cayeron
Disparad contra mí
vuestros dardos
Vengad en mí vuestras
angustias
Vengad en mí vuestros
fracasos
Yo soy invulnerable
He tomado mi sitio en el
cielo como el silencio
Los siglos de la tierra
me caen en los brazos
Yo soy amigos el viajero
sin fin
Las alas de la enorme
aventura
Batían entre inviernos y
veranos
Mirad cómo suben
estrellas en mi alma
Desde que he expulsado
las serpientes del tiempo oscurecido
¿Cómo podremos
entendernos?
Heme aquí de regreso de
donde no se vuelve
Compasión de las olas y
piedad de los astros
¡Cuánto tiempo perdido!
Este es el hombre de las lejanías
El que daba vuelta las
páginas de los muertos
Sin tiempo sin espacio
sin corazón sin sangre
El que andaba de un lado
para otro
Desesperado y solo en las
tinieblas
Solo en el vacío
Como un perro que ladra
hacia el fondo de un abismo
¡Oh vosotros! ¡Oh mis buenos
amigos!
Los que habéis tocado mis
manos
¿Qué habéis tocado?
Y vosotros que habéis
escuchado mi voz
¿Qué habéis escuchado?
Y los que habéis
contemplado mis ojos
¿Qué habéis contemplado?
Lo he perdido todo y todo
lo he ganado
Y ni siquiera pido
La parte de la vida que
me corresponde
Ni montañas de fuego ni
mares cultivados
Es tanto más lo que he
ganado que lo que he perdido
Así es el viaje al fin
del mundo
Y ésta es la corona de
sangre de la gran experiencia
La corona regalo de mi
estrella
¿En dónde estuve en dónde
estoy?
Los árboles lloran un
pájaro canta inconsolable
Decid ¿quién es el
muerto?
El viento me solloza
¡Qué inquietudes me has
dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto
entonces?
Las aguas gimen
tristemente
¿Quién ha muerto en estas
tierras?
Ahora sé lo que soy y lo
que era
Conozco la distancia que
va del hombre a la verdad
Conozco la palabra que
aman los muertos
Éste es el que ha llorado
el mundo el que ha llorado resplandores
Las lágrimas se hinchan
se dilatan
Y empiezan a girar sobre
su eje.
Heme aquí ante vosotros
Cómo podremos entendernos
Cómo saber lo que decimos
Hay tantos muertos que me
llaman
Allí donde la tierra
pierde su ruido
Allí donde me esperan mis
queridos fantasmas
Mis queridos espectros
Miradme os amo tanto pero
soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
Sin saber el hondor de su
aventura?
Al desplegar las alas
Él mismo no sabía qué
vuelo era su vuelo
Vuestro tiempo y vuestro
espacio
No son mi espacio ni mi
tiempo
¿Quién es el extranjero?
¿Reconocéis su andar?
Es el que vuelve con un
sabor de eternidad en la garganta
Con un olor de olvido en
los cabellos
Con un sonar de venas
misteriosas
Es este que está llorando
el universo
Que sobrepasó la muerte y
el rumor de la selva secreta
Soy impalpable ahora como
ciertas semillas
Que el viento mismo que
las lleva no las siente
Oh Poesía nuestro reino
empieza
Éste es aquel que durmió
muchas veces
Allí donde hay que estar
alerta
Donde las rocas prohíben
la palabra
Allí donde se confunde la
muerte con el canto del mar
Ahora vengo a saber que
fui a buscar las llaves
He aquí las llaves
¿Quién las había perdido?
¿Cuánto tiempo ha que se
perdieron?
Nadie encontró las llaves
perdidas en el tiempo y en las brumas
¡Cuántos siglos perdidas!
Al fondo de las tumbas
Al fondo de los mares
Al fondo del murmullo de
los vientos
Al fondo del silencio
He aquí los signos
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo ¿qué
vas a decirnos?
¿Quién ha de
comprenderte? ¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? ¿En
qué alturas en qué profundidades?
Andaba por la Historia
del brazo con la muerte
Oh hermano, nada voy a
decirte
Cuando hayas tocado lo
que nadie puede tocar
Más que el árbol te
gustará callar.
De: Últimos poemas (1948)
Vicente Huidobro
(1893 - 1948). Poeta chileno.
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