viernes, 23 de marzo de 2012

GABRIEL MANTILLA CHAPARRO


LEJANOS TESTIGOS

VI



Nicolás Muller (1913-2000). Fotógrafo húngaro.





Quizá con la adultez hayamos perdido la costumbre de pescar en el río de la Infancia, jardín de la fe, ..sólo desde allí podemos hablar de cosas profundas, tristes y hermosas que entonces no dejaban de representar un acto de felicidad aunque no sin algún peligro, como ir al bosque a leer, ignorando la presencia de las serpientes y los animales salvajes, o caminar sin pensar en los fugitivos de la cárcel cercana, ocultos cerca del río, entre la maleza, drogados y hambrientos, escondiendo algún botín. Cosas que han corrido el riesgo siempre de morir o desaparecer en el vasto territorio del silencio y del olvido. Breve episodio de nuestras vidas, pero muy intenso; ya que pronto aparecerán los abismos, los lobos hundiendo su pezuña en la nieve, y es ahí cuando debemos atisbar en nuestro mundo interior para poner a salvo lo que pueda salvarse de esa Infancia.  

David SenechalFotógrafo canadiense.
 De pronto todo será un ayer, de pronto todo aquello se apaga, se diluye, como una lejana vendimia vista desde una colina. Entramos, luego, en un territorio inexplorado, llamado REALIDAD, en que nuestros pasos van siempre hacia las batallas, serán pasos en el polvo, en la sangre, en el llanto, en la angustia, a veces un prolongado sendero sembrado de tumbas. Pero sobre esos atareados lances de la vida se sobreponen las palabras, incorporadas estructuralmente a nuestro combatiente espíritu, eficaces adargas, fieles halcones y perros, corriendo dentro de nosotros como manantiales interiores, que avanzan al centro de nuestros grandes silencios antes de decidirse a Hablar. A convertirse en Poema, en obra. Con ellas, con las palabras enfrentamos el obstinado fantasma, el difícil umbral de la adversidad y nos alumbramos en el laberinto de lo insospechado. Son el Virgilio que nos guía para atravesar el mar de cenizas agonizantes que constituye a veces .... la derrota.

Arnold Newman (1918-2006). Fotógrafo estadounidense.
Deseos que un día se vieron forzados a pasar de largo hacia un lugar del nunca jamás, como esos transeúntes que saludan cuando se está sentado frente a la casa esperando que la tarde atraviesen la puerta de la Nada, y transcurran sin escándalo; en un pueblo fantasma o en una estación de tren a la que nadie llega y de la cual nadie parte y donde los borrachos duermen holgadamente con la cabeza sobre los rieles. Lejanos testigos de lo vivido.

Será al final, cuando la vida nos saque y nos cierre la cuenta o el parque –como apunta Mutis- y lo único que nos quede sea nuestra capacidad de asombro para ver cuán frágiles, difusos, azarientos, olvidadizos, ligeros y fugaces fuimos. Y cuánto tiempo fuimos expuestos a revolcarnos en la miseria y perder la semilla de la vida que ahora tenemos. Somos los Pelidas de siempre. Vamos veloces hacia la dilución en pos del vellocino equivocado. Sólo la obra permanece, por eso somos poetas, porque escribimos nuestra verdad para que nos sobreviva, aunque nadie nos lea y los parientes del futuro nos borren de su historia. La obra, decía Rilke, debe ser creada necesariamente, y al ser necesario no amerita de testigos ni defensores, ni jueces, ella existe porque sí. Será su propio acusador y su propio juez. Eso basta. La obra tendrá su destino verdadero.

W. Eugene Smith (1918-1978)Fotógrafo estadounidense
Cuántos deseos, cuántas personas que quisimos conocer y de ellas ni siquiera supimos su nombre. Semejantes que un buen día dejamos de ver, desaparecieron para siempre en el camino del olvido. Con ellos tenemos la responsabilidad de honrarlos con la memoria. Cuántas conversaciones, cuántos lugares se quedaron esperando...es una dulce espina que a veces nos desasosiega. Y que eso suceda a personas que amamos la vida y nos enamoramos de grandes y pequeños fragmentos de la Realidad y de las personas con las cuales permanecemos un período de nuestra existencia, hasta que llegue la hora señalada para que el Destino imponga su hierro, nos clave definitivamente la ponzoña, nos suba a un barco invisible y nos arranque de cuajo a unos de la vida de los otros. Para que pase para siempre la sombra de nuestra vida, en este breve incidente que son los siglos, como dijo Cristo. Ya no estaremos en la mudanza de las estaciones, habrán cesado los ciclos de nuestro dolor y las ráfagas de alegría. No nos atormentará la idea de la vejez como la última vigilia cuando ya sabemos todo respecto al sueño. Es toda la cuenta, un perfecto finiquito. Muchas gentes se irán y se perderán en el mar del Olvido y su harta arena.


De Viaje al poema" (2005)




Gabriel Mantilla Chaparro

Poeta y ensayista venezolano, de origen colombiano (Cali, 1954). Licenciado en Letras y Magister en Literatura Latinoamericana por la Pontificia Universidad Javeriana.  Es autor de numerosos libros de ensayo y de diversos poemarios.

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