SOLILOQUIO FINAL DEL AMANTE INTERIOR
Luz, primera luz de la
noche, como en un cuarto
En el que descansamos y,
casi por nada, pensamos
Que el mundo imaginado es
bien esencial.
Este es, por tanto, el
más intenso rendez-vous.
Es en esta idea en la que
nos recogemos,
Fuera de todas las
indiferencias, en una sola cosa:
Dentro de una sola cosa,
un solo chal
Que nos abriga bien, pues
somos pobres, un calor,
Una luz, un poder, la
milagrosa influencia.
Ahora, aquí, nos
olvidamos el uno al otro y de nosotros.
Sentimos la oscuridad de
un orden, una totalidad,
Un conocer, lo que
arregló la cita,
Dentro de su vital
circunscripción, en la mente.
Decimos: Dios y la
imaginación son uno.
La candela más alta, que
alta ilumina lo oscuro…
Y fuera de esta luz, de
esta mente central,
Hacemos nuestra casa en
el aire nocturno,
Donde estar los dos
juntos es lo suficiente.
Traducción
de Andrés
Sánchez Robayna
FINAL SOLILOQUY OF THE INTERIOR
PARAMOUR
Light
the first light of evening, as in a room
In
which we rest and, for small reason, think
The
world imagined is the ultimate good.
This
is, therefore, the intensest rendezvous.
It
is in that thought that we collect ourselves,
Out
of all the indifferences, into one thing:
Within
a single thing, a single shawl
Wrapped
tightly round us, since we are poor, a warmth,
A
light, a power, the miraculous influence.
Here,
now, we forget each other and ourselves.
We
feel the obscurity of an order, a whole,
A
knowledge, that which arranged the rendezvous.
Within
its vital boundary, in the mind.
We
say God and the imagination are one...
How
high that highest candle lights the dark.
Out
of this same light, out of the central mind,
We
make a dwelling in the evening air,
In
which being there together is enough.
Collected
Poems (1954)
(1879–1955).
Poeta estadounidense.
Fotografía:
Rollie
McKenna (1918–2003). Gelatin
silver print, 1952
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