Me he
vuelto una
al recobrar la soledad de mi infancia.
Ahora llevo
un nombre
sé su sentido
cómo se expande y se arraiga
en
imágenes concretas.
No
pertenezco sino a una raíz
que insiste en atarse a la tierra.
No
pertenezco sino a un mar
que
quiere doblegarse
ante playa y rocas.
Mi fuente
ardiente
se
eleva y desciende
sólo para
nombrar el mismo nombre.
Mi unidad
es entera
pues al fondo de mí,
yace una memoria.
De: Casa de agua y de
sombras
Hanni Ossott
(Caracas, 1946-2002).
Poeta venezolana.
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