Gracias, poesía,
por la resurrección del amor,
por todo lo perdurable,
por la luz de la palabra
y por su resurgencia.
Gracias por la estación de hoy
donde moran
los que me existen y me son,
los que me nombran y me llaman:
ellos por los que creo.
Gracias, poesía,
por los sueños muertos
y las muertes soñándose,
por las levitaciones
y los vuelos rituales,
por las mediaciones
entre la contemplación y el éxtasis.
Gracias, poesía,
por la inhumación del amor
allí, entre dos soledades.
Allí donde se cruzan
la orfandad y la ausencia.
De: Sueño de la palabra
Reyna Rivas
(1922-2011). Poeta venezolana
No hay comentarios:
Publicar un comentario