GITANO
Me gustaría adormecerme
en la cadera de un gitano
imaginármela ondulante, redonda,
de plata
como una nupcial guitarra.
Tiernamente balancearme junto a él,
deshojando sus zapatos
y respirar su dureza, y su olor a romero.
Irme tras él sin irme
a la Andalucía
que nunca he visto,
a las piezas oscuras, sin fin
a las aceitunas que aún conservo en el
olvido.
Me gustaría quererte, gitano,
en una noche de vihuelas estrelladas
arroparnos en la oscuridad del hondo canto
de hechizos fermentados
como las uvas,
como los cuchillos sagrados,
en la noche incauta y veloz como una
canción.
Marjorie Agosín
(1955). Poeta chilena estadounidense.
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