DE ELEGÍAS DULCES
I
Hoy desde el gran camino, bajo el sol claro y fuerte,
muda como una lágrima he mirado hacia atrás,
y tu voz, de muy lejos, con un olor de muerte,
vino á aullarme al oído un triste «¡ nunca más !»
.
tan triste que he llorado hasta quedar inerte...
¡ Yo sé que estás tan lejos que nunca volverás !
No hay lágrimas que laven los besos de la Muerte...
- Almas hermanas mías, nunca miréis atrás !
.
Los pasados se cierran como los ataúdes,
Al otoño, las hojas en dorados aludes
ruedan... y arde en los troncos la nueva floración...
.
-...Las noches son caminos negros de las auroras...-
Oyendo deshojarse tristemente las horas
dulces, hablemos de otras flores al corazón.
II
¡Pobres lágrimas mías las que glisan
a la esponja sombría del misterio,
sin que abra en flor como una copa cárdena
tu dolorosa boca de sediento !
¡Pobre mi corazón que se desangra
como clepsidra trágica en silencio,
sin el milagro de inefables bálsamos
en las vendas tremantes de tus dedos !
¡Pobre mi älma tuya acurrucada
en el pórtico en ruinas del Recuerdo,
esperando de espaldas á la vida
que acaso un día retroceda el Tiempo !...
De: Cantos de la mañana (1910)
Delmira Agustini
(Montevideo, 1886 - 1914). Poeta
uruguaya.
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