lunes, 11 de junio de 2012

PABLO ROJAS GUARDIA



ENTRE HOMBRES QUE HABLAN A LAS ESTRELLAS



 
Edouard Manet (1832 -1883). Pintor francés. Los trabajadores del mar, 1873



     En las barcas varadas sobre la arena
altas como los hombres y en relieve y gruesas como máscaras griegas
oigo las almas simples de los hombres del mar.
     Largos días, como el tiempo de un cuento sin anécdotas,
yo he vencido su malicia
y he esperado estas luces
unidas a las luces más altas,
para decirles mis palabras benditas.
     Son benditas mis palabras
porque han ido creciendo entre otros hombres
en las ciudades vertiginosas.

Son benditas mis palabras
porque ellas nacieron, puliéndose,
entre otras palabras condenadas,
entre otras palabras astutas.
     Largo tiempo he esperado para decirles mis palabras
a los hombres que escuchan las estrellas y las ondas.
     ¡Cuánto tiempo ha que esperan los hombres del mar
una palabra grande como el silencio que escuchan,
cuánto tiempo ha que mendigan palabras en los puertos!
     Para los hombres del mar, un puerto es el umbral del mundo;
ellos miran sus actos en los puertos
como hechos a espaldas de un pensamiento que van a realizar:
para los hombres del mar, los otros hombres tenemos el
                                                                      [rostro en sombra
y nos miran
–ellos que ven las sirenas,
ellos que ven la Cruz del Sur
ellos, contadores de menudas arenas,
ellos que saben la calidad del pez
en el cardumen lunar—
ellos nos miran, con la angustia de estar ante un mar insondable.
¡Qué silencio más jugoso ha madurado esta espera!
Las palabras benditas se adelgazaron
como las olas crepusculares sobre la arena.
Y dejaron, como las olas crepusculares sobre la arena,
una mansa huella de alientos sobre un espejo.
     No eran una poética melancolía sin causa
aquella cosa turbia que se adhirió en el ancla del silencio.
–En el mar sólo es romántico un nombre en la arena—
Pero nos vestimos– ¡ah, nos vistieron!—de divinidad,
e integramos el cosmos, como las piedras, como las barcas,
como las olas oyendo el ancho, infinito, grande suspiro del mar.

De: Acero, Signo.


Pablo Rojas Guardia.
(Caracas, 1909 - 1978) Poeta venezolano.

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