SOLEDAD CONTIGUA
Por sorpresa
se adueña del cuerpo
la soledad, como
del fuego la ceniza.
Después del
primer sorbo, otra esperanza
estremece los
sentidos que transitan
por raíces
de oro, casi en el espejismo.
Rostros
desconocidos y fieles habitan
este
misterio. El fervor hambriento se levanta
con las
hojas, el viento y las golondrinas.
Creemos que
la sangre viene desde el mar.
La razón crece en quietud, en altas espigas;
despliegan
recias alas, escucha. Es menos
libre, más
transparente en heroísmo, la vida.
Una rara
dulzura agota los pasos. De pronto,
como un brote de
rosas, reaparece la agonía.
De: El Resplandor de las Palabras
Rafael Pineda
(1926 - 2010). Poeta venezolano.
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