LABERINTO
En la calle obscura
algún hombre libre
se quedó perdido…
Bajo la ventana
oigo sus pisadas
de muchacho fuerte.
Sólo nos separa
un ancho de acera,
mientras estamos
como a una legua
de la ciudad…
Y estoy levantada
con un gozo nuevo,
con un gozo loco
de oírlo allí afuera…
De: Alas fatales (1935)
María Calcaño
(Maracaibo, 1906-1956). Poeta
venezolana.
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