martes, 13 de marzo de 2012

GABRIEL MANTILLA CHAPARRO



EL TEMPLO DE LA PASIONES

  
 
  Lauri Blank (1969), pintora estadounidense.



Me diste tu fango y lo transforme en oro.
Charles Baudelaire.




 Se recuerdan tiempos de lo voluptuoso, las tibias mareas, la tormentosa entrega de los cuerpos desde las primeras sensaciones hasta la madurez y la plenitud...los cuerpos que nos fueron dados, matemáticamente perfectos en su forma y gozo. El templo de todas las pasiones donde carne y alma son uno. El territorio de los dulces desenfrenos. Fieles al hijo de Hermes y Afrodita, engendrado después de Gea (La Tierra).
Lo erótico no es solo instinto; es una flecha que anhela poseer lo virtuoso de cada ser, arrancar la infinita sed del abrazo, de merecer la voluntad y la desnudez del ser amado.
Es  el allí y el ahí, el siempre ahora donde nos complementamos con el cuerpo del otro. El eros es fuente de deseo y amor admirado, que nos imprime coraje para anhelar, procurar, invadir, adherir y poseer el cuerpo del ser que amamos; y vencer por desfallecimiento voluntario todas las plazas, las guarniciones y la capacidad de fuego de lo bello, lo honesto, lo firme, lo seductor, lo placentero, en el alma de ese otro cuerpo del que somos felizmente responsables hasta la imposible saciedad.
He aquí la pasión reinando en su templo, en su absoluto dominio. No basta que los marineros se amarren a los mástiles para evitar caer en la tentación de las sirenas. Aquí todo se rinde; ambos seres ganan y ninguno se declara vencedor.



De: Viaje al poema.
(Fragmento)





 
Gabriel Mantilla Chaparro

Poeta, ensayista y profesor venezolano, nacido en Cali, Colombia, 1954. Profesor de la Escuela de Letras, Departamento de Literatura Hispanoamericana, Universidad de los Andes, Mérida. Magister en Literatura Latinoamericana en Pontificia Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá.  

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