LA PUERTA INTERMINABLE
Te persignas con leche pura
Tu seno ebrio
Absorto en la bella oscuridad
No me dejes pactando con mis
Postrimerías
A mi lado un L e ó n
Bronceándose en los ojos
Mientras
Cuelga mi pálida carne asesinada
Sin embargo
Veo la unanimidad de lo creado
Escucho
Mi parentesco con una lejana raza de
Truenos
Doy hachazos en las osamentas
Es un acto de sangre
Mi sombra está hecha de besos
Susurrados
No te gusto
No quieres pecar con mi sombra
Te acostarás con un Príncipe
De andrajos de oro
Un alegre bebedor de rocío
Me recluirás como a un loco
Que pelotea
Una luna de fuego
Estoy violando una luz divina
Amontónanse
Palomas muertas sobre la mesa
Sin ti
Resbalo en mi sangre
Pantanosa
Abro mi alma
Como un atril de piedra
Sobre un coro de M á s c a r a s
Ay
Delirio de ser sin ser jamás
Sino perdiéndome en el voraz
Olvido
Ven
Si pudieras quedarte hasta el fin
Hasta el blanco de mis ojos
Me calma
Sentirte en la cocina
Hirviendo hojas
De pronto
Cae una taza al suelo
La casa da un sonido
Como de luna partida
Oh
Esparce tus ecos mortales
Atrévete
A franquear la sorda inmensidad
Caen pájaros como astillas
Llameantes de la sombra
¿A quién respondo cantando?
¿Quién no es nadie y sin embargo
Acaricia en mi cuerpo dormido
Las rígidas escamas?
En nadie yo discierno el duelo
De otro origen
El furor de ser puramente interior
Dame de comer algo
Un pan de carne
Un trozo de fuego dulce
Una manzana echando espuma
Bailemos
Un vals huracanado
Mi rostro
Es una desolladura de la tierra
Mis piernas
Tienen flexiones de langosta
Mañana estaremos lejos lejos
Citados
Por temblorosas estrellas
La carne
D e l g a d í s i m a
Como la membrana de un misterioso
Silencio
La vida pasa pasa
Y nada en ella prueba
Que yo le he pertenecido
La vida pasa pasa
Mi cuerpo
Es un remolino de tiempo oscuro
Me salen cenizas t o r n a s o l e s
Esto me sucede
Por descargar un golpe de infinito
Sobre una vida tan breve
Me rajan la piel me llenan
De hierro los ojos
Me enroscan al Árbol de las Fiebres
En ti
Sólo en ti
La sagrada inminencia de la
Tierra
En ti
Todo está a punto de ser y de no
Ser
Eres
La i n t i m i d a d del universo
Cada cosa se abre
Como la entrada a una estrella
Séame concedida
La celebración de todo lo posible
El espejo comienza a dar
Latidos
Hay risas risas
Como quebraduras de varillas
Contra mí se frotan
Los tigres extasiados
Te desprendo lentamente los párpados
Hasta verte
Lunas de día
Es una operación muy delicada
Es como desmontar una
Lámpara
Tomo el café en que una perla se
Deshace
Escucho el paso de los trenes
Hundo mi rostro en un periódico
Compuesto
De grandes monosílabos
Sale el Sol
Salen los perforadores del Sol
Los mestizos del Sol y de la
Tierra
Sol de mis sombras
Sol que agito
Incensando
Un eterno comienzo
Todos se echarán por tierra
Todo sacerdote
Flotará de espaldas
Todos sabrán
De una aterrada maravilla
Que surgió
De la Abominación y del Conjuro
Mujer
Hasta aquí he llegado
Hasta la puerta inacabable
En que clavo mis manos
Tráeme una flauta unos pitos
Una copa llena de serpiente
Salgo a la calle con la cara
Enharinada
Con mi locura mansa
Con mi cola de flechas deslumbrantes
Inventando
La extremidad inteligible de mi
Cautiverio
Derrochando cielo pulverizado
Enrojecióse mi soledad
El dedo de la serpiente escribe
Otras leyes
Otros clavos cubren la tierra
Vamos
Vamos juntos a la gran Conmoción
Canto
Como si goteara mi sangre
Sobre una encadenada primavera
La noche se abre y brilla la
Secreta Semejanza
Brilla
El ojo dorado de mi sombra
Ser
Es una ceremonia incesante
De: SOL DE LENGUAS (1970)
Humberto Díaz-Casanueva
(Santiago, 1906 – 1992). Poeta, diplomático y educador chileno.
Premio Nacional de Literatura, 1971.
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