miércoles, 9 de mayo de 2012

GONZALO ROJAS



LA NUBE

 
 Chema Madoz (1958). Fotógrafo español. Árbol nube



Te pierdes en perdidas convulsiones.
Te pones flor de encanto para lucir tu desventura.
Te deshaces en plumas y querellas.
Tu vanidad es joya que mancha tu silencio,
y te triza la luz de tu propósito.

Respiras por palabras diez mil veces al día.
Juras por el amor y la hermosura,
y diez mil veces purificas tus pulmones
mordiendo el soplo de la ráfaga extranjera.
Pero todo es en vano. Tu corazón vacila
entre la muerte al paladar sellada
y el pájaro verbal que vuela de tu lengua.

¿Por qué vives de imágenes, y monedas de cambio,
y trastornas tus días al sol de cualquier viento
con tu talento en humo derrochado?

Tu hora está contada, en latido infalible.
guarda tu cuerpo y déjalo nutrirse de su sombra.
Ya no vivas de olores ni sonidos.
Raspa con una concha marina tu cerebro.

Dentro del sol verás la noche consumada,
y temblarás de ser la cosa viva
como el sueño o el hambre,
mareado por el baile del planeta:
y temblarás de verte tal como eres, caído
al mundo perturbado de tu ilusión terrible.
Y temblarás de ser la víctima del rayo,
el rostro de ese fuego
que robaste al verano de la duda.
Y temblarás de ser horizonte evidente
para mirar adentro y afuera tu armonía.

Mientras veas nacer del mar tu libertad,
y beses en su olor tu remota quimera,
tu noche cardinal será como el oxígeno,
y tu respiración un despojo de tu alma.

Tus flores no son hijas de nada. Son las olas
inexplicables en su laberinto.
Si una es olor, la otra es tempestad.
Pero todas te salen por la boca,
porque tienes adentro un árbol que te crece
hacia afuera, y te ahorca en su perfume,
y tu nariz se pudre por el exceso y fatiga.

¿Por qué ofrecer un símbolo a cada hoja caída?
¿Por qué llorar las ruinas antes de hacer el mundo
con tu sangre? ¿Por qué tu vida es un “Por qué”,
como una inmensa playa donde tú gritas “Dónde”
hasta que salen todos los náufragos, y el aire
se te llena de monstruos inventados por ti?

Invéntate una costa donde el mar seas tú
para que así conozcas preguntas y respuestas,
y no caiga tu rostro al precipicio,
oh pasajera nube.



 De: La miseria del hombre


Gonzalo Rojas
(1917 - 2011) Poeta chileno.

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