I
Edward Hopper (1882 - 1967). Pintor estadounidense. Nighthawks, 1942
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Vuelve a la ciudad
a la hora en que el viento azul silba en las hojas.
La noche suprime las sombras,
intuye la soledad en los confines
de las miradas y de las piedras habitadas.
El oro de los caminos blanquea,
la tibieza nubla los guijarros liberados del sol.
Renuncia a las gavillas de voces
sobre la era de las cosechas.
Responde a los adioses inmóviles
bajo la frescura de los muros.
Secretos aliados,
los solitarios del día franquean los mismos umbrales.
La noche lisa y soberana reúne ausentes.
V
Alberto Pancorbo (1956), pintor español.
Entre las frías nubes de mi sueño,
tu mirada. De pronto, tu bella mirada de soledad,
tus más secretas palabras
en tu sonrisa, el fulgor de las hierbas
en tus cabellos sueltos.
De pronto, con una sola palabra
nuestra espera ha franqueado la noche,
todas las noches del mundo.
De: FRANQUEAR LA NOCHE
I
Toda voz ajena al sueño de la aurora
se ha callado.
Solos,
los ecos de los rumores marinos zumban en el silencio.
Ni un ala mortal roza esta frescura.
Sólo estando a la escucha de las brisas minerales
podemos oír la cigarra.
Desde el fondo de las fuentes prorrumpe,
entre las cosas que toman rostro,
una palabra inaudita.
El incansable olivar adivina el sentido
de las voces que pueblan, para esa sola palabra,
una roca solar.
De: UN SILENCIO DE ALTO FUEGO
VIII
Joaquín Sorolla y Bastida (1863 - 1923) , pintor español. Fuente con rosal
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Junto a todo lo que la claridad reúne en el reverso de la página,
la sombra de un poema.
Podemos ver cosas que se mueven
sobre el talud espeso de hierbas.
Con todo lo que todavía no es
y ya es adorno del recuerdo,
rehacer la memoria de toda palabra.
Hay que abrir de nuevo la esperanza que cada día contiene.
De pronto la transparente barrera estalla
y el sol gira bajo la medianoche.
De puerta en puerta pasa una gran luz
y la fuente está siempre en el jardín.
DE: EL POEMA, ESCOLTA DE LA MAÑANA.
III
Thomas Moran, pintor estadounidense (1837 - 1926) - Moonlit Shipwreck at Sea
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Yo juntaré las olas con el verbo
en el secreto de un reino donde nada tendrá fin.
Dejo subir en el día la madre belleza.
Todos los naufragios me pertenecen.
La muerte es un lugar de antiguo conocimiento
y yo nunca tendré una mirada póstuma.
Mi corazón habitará
en la larga estela de las flechas.
Mi sueño atraviesa los muros de la noche
cuyas grietas se humedecen de rocío.
DE: EN LA DISTANCIA
Traducción: Alfredo Silva Estrada
Fernand Verhesen
(Bruselas, 1923). Poeta y traductor belga
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