ÍTACA
Cuando emprendas el viaje
hacia Ítaca,
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
A los Lestrigones, a los Cíclopes
o al fiero Poseidón, nunca temas.
No encontrarás tales seres en el camino
si se mantiene elevado tu pensamiento y es
exquisita
la emoción que te toca el espíritu y el
cuerpo.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al feroz Poseidón has de encontrar,
si no los llevas dentro del corazón,
si no los pone ante ti tu corazón.
Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que –¡con qué placer, con qué alegría!—
entres en puertos antes nunca vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías,
madreperla y coral, ámbar y ébano,
y voluptuosos perfumes de todo tipo,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de los
sabios.
Siempre en la mente has de tener a Ítaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te dé riquezas.
Ítaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
No tiene otras cosas que darte ya.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha
engañado.
Sabio como te has vuelto, con tantas
experiencias,
habrás comprendido lo que significan las
Ítacas.
Traducción: Francisco
Rivera
Constantino Cavafis
(Κωνσταντίνος Πέτρου
Καβάφης)
(Alejandría, Egipto; 29
de abril de 1863 – 29 de abril de 1933). Poeta griego.
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