II
Caspar David Friedrich (1774 –
1840). Pintor alemán. Paisaje de Riesengebirge
¿Ha de volver siempre la
mañana?
¿Jamás terminará el
señorío de lo terrenal?
Desdichada actividad
estorba
el celestial vuelo de la
noche.
¿No arderá eternamente el
secreto
sacrificio del amor?
Les ha sido medido su
tiempo
a la luz
y a la vigilia…
Pero la soberanía de la
noche es sin tiempo,
la duración del sueño es
eterna.
¡Sueño sagrado!
Nunca dejes de traer felicidad
a los consagrados a la
noche,
en este trabajo diario de
la tierra.
Sólo los insensatos te
desconocen,
y no saben de ningún
sueño
sino de la sombra
que, compasiva, viertes
en nosotros
en aquel crepúsculo
de la verdadera noche.
Ellos no te perciben
en el dorado flujo de los
racimos,
en el maravilloso
bálsamo del almendro,
y en el moreno zumo de la
adormidera.
No saben
que tú eres eso
que se cierne en torno
del pecho de la suave
muchacha,
y en el cielo convierte
su seno…
No adivinan
que en las antiguas
historias
surges abriendo cielos
y tienes la llave
de la morada de la
bienaventuranza;
silencioso embajador
del infinito misterio.
De:
Himnos
a la noche
Novalis
(1772
– 1801) Poeta alemán.
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