sábado, 17 de septiembre de 2011

NOVALIS


II

 
Caspar David Friedrich (1774 – 1840). Pintor alemán. Paisaje de Riesengebirge


¿Ha de volver siempre la mañana?
¿Jamás terminará el señorío de lo terrenal?
Desdichada actividad estorba
el celestial vuelo de la noche.
¿No arderá eternamente el secreto
sacrificio del amor?
Les ha sido medido su tiempo
a la luz
y a la vigilia…
Pero la soberanía de la noche es sin tiempo,
la duración del sueño es eterna.
¡Sueño sagrado!
Nunca dejes de traer felicidad
a los consagrados a la noche,
en este trabajo diario de la tierra.
Sólo los insensatos te desconocen,
y no saben de ningún sueño
sino de la sombra
que, compasiva, viertes en nosotros
en aquel crepúsculo
de la verdadera noche.
Ellos no te perciben
en el dorado flujo de los racimos,
en el maravilloso
bálsamo del almendro,
y en el moreno zumo de la adormidera.
No saben
que tú eres eso
que se cierne en torno
del pecho de la suave muchacha,
y en el cielo convierte su seno…
No adivinan
que en las antiguas historias
surges abriendo cielos
y tienes la llave
de la morada de la bienaventuranza;
silencioso embajador
del infinito misterio.

De: Himnos a la noche


Novalis
(1772 – 1801) Poeta alemán.


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