NOSTALGIA NOCTURNA
Entre
las soledades que inclinadas cultivan
violetas en la sombra del rocío,
pertenezco a la noche detenida
por negros abedules,
la noche que en la altura mueve nevados
huertos
y abre los portales de la melancolía.
Estoy aquí en la tierra como una fiel
costumbre,
como un galgo que lame una estatua
mojada,
como el que va en la sombra llamando sus parientes,
como el gesto inocente de los
espantapájaros
bajo el húmedo viento.
Coros lejanos, bíblicos, de aldeanos
celestes
que suben las montañas azules de la
noche,
me devuelven al tiempo de floridos
almendros,
a la aldea remota que guarda, entre
pastores,
hijas de molineros y torres de penumbra,
las huellas de mi infancia.
¿Me recuerda la escuela con sus manchados
mapas,
con la ventana abierta hacia los
ondulantes
trigales vespertinos?
¿Estoy allí, de noche,
con los amigos muertos?
¿Quién lanza serpentinas de luz a los
abismos?
¿Quién tritura avellanas?
Pasa un viento de oscuros palomares,
con un rumor de plaza,
de puerta de convento,
y un perfume estrellado de azahares.
Tristeza tengo de mis pasos, y alegría
de ver la tierra, aquí,
con mis hijos que duermen viajando hacia
los bosques,
con blancos animales que se agrupan
bajo los eucaliptos,
con el recuerdo apenas
de mi propia leyenda
a orilla de los mares.
De: Tres nocturnos (1946)
Vicente Gerbasi
(Canoabo, 2 de junio de 1913-Caracas, 28 de diciembre de 1992).Poeta
venezolano
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