HELENA
Toda Grecia odia
los ojos quietos en el rostro blanco,
el lustre que remeda a los olivos
donde está de pie
y sus manos blancas.
Toda Grecia denigra
el rostro macilento cuando ríe,
odiándolo aún más profundamente
cuando se pone pálido y blanco,
recordando encantamientos del pasado,
males del pasado.
Grecia ve sin conmoverse,
la hija de Dios, nacida del amor,
la hermosura de sus pies frescos
y las más suaves rodillas,
podría incluso amarla
si tan sólo estuviera tendida,
ceniza blanca entre cipreses fúnebres.
Traducción: María Negroni y Sophie Black
HELEN
All Greece hates
the still eyes in the while face,
the lustre as of olives
where she stands,
and the white hands.
All Greece reviles
the wan face when she smiles,
hating it deeper still
when it grows wan and white,
remembering past enchantments
and past ills.
Greece sees unmoved,
God´s daughter, born of love,
the beauty of cool feet
and sienderest knees,
could love indeed the maid,
only if she were laid,
white ash amid funereal cypresses.
De Heliodora, 1924
H.D. (Hilda Doolittle)
HILDA DOOLITTLE
(1886-1961) nació en Betlehem, Pennsylvania, pero pronto escogió el
exilio permanente como muchos de su generación. Uno de ellos, Ezra Pound, será
su primer amante y mentor, que le da el nombre con el cual es conocida
mundialmente: H.D, poeta imaginista. Gran conocedora de la literatura clásica y
traductora de Eurípides, es considerada hoy en día como una de las voces
mayores de la poesía americana. Sin embargo, no ha sido tomada en cuenta por la
cultura hispana y es esta selección de poemas, concentrada alrededor del
personaje fascinante de Helena, hija de los dioses, reina de Esparta, símbolo
de belleza y motivo y causa de una guerra, una de las escasísimas traducciones
de su poesía a nuestra lengua.