HIMNO Y REGRESO (1939)
Patria, mi patria,
vuelvo hacia ti la sangre
Pero te pido. Como a la
madre el niño
Lleno de llanto.
Acoge esta guitarra
ciega
Y esta frente perdida.
Salí a encontrarte
hijos por la tierra
Salí a cuidar caídos con tu nombre de nieve,
Salí a hacer una casa
con tu madera pura,
Salí a llevar tu
estrella a los héroes heridos.
Ahora quiero dormir en
tu substancia
Dame tu clara noche de
penetrantes cuerdas
Tu noche de navío, tu
estatura estrellada.
Patria mía: quiero
mudar de sombra.
Patria mía: quiero
cambiar de rosa.
Quiero poner mi brazo
en tu cintura exigua
Y sentarme en tus
piedras por el mar calcinadas,
A detener el trigo y
mirarlo por dentro.
Voy a escoger la flora
delgada del nitrato,
Voy a hilar el estambre
glacial de la campana,
Y mirando tu ilustre y
solitaria espuma
Un ramo litoral tejeré
a tu belleza.
Patria, mi patria
Toda rodeada de agua combatiente
Y nieve combatida,
En ti se junta el
águila al azufre,
Y en tu antártica mano
de armiño y de zafiro
Una gota de pura luz
humana
Brilla encendiendo el
enemigo cielo.
Guarda tu luz ¡Oh
Patria! Mantén
Tu dura espiga de
esperanza en medio
Del ciego aire terrible
En tu remota tierra ha
caído toda esta luz difícil,
Este destino de los
hombres,
Que te hace defender
una flor misteriosa
Sola, en la inmensidad
de América dormida.
De: Canto General (1950)
Pablo Neruda
(1904 – 1973). Poeta chileno. Premio
Nobel de Literatura 1971.
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