lunes, 1 de julio de 2013

IDA GRAMCKO






Salvador Dalí (1904-1989). Pintor español.







Atienda aquel que dijo

hallar dicha y sosiego

en un sueño beatífico y tranquilo;

atienda a lo que digo y lo que creo.

¿Sabes, nocturno amigo,

a qué cosa en verdad llamamos sueño?

Atiende, hermano mío,

sin pena y sin recelo,

yo, que he soñado, yo, que no he dormido,

te pregunto sin voz desde mi lecho:

¿crees que el sueño protege del abismo,

rescata del asalto y del incendio?

Yo, soñadora inmóvil, no he creído

en mi rostro apacible cuando duermo.

Lucho soñando, sórdida, conmigo,

con un pájaro extraño, con el viento,

con un agudo y afilado pico

que me horada las sienes y el cerebro

y dejo sangre en el cojín y heridos

flotan ardiendo, aullando, mis cabellos.

Soñador y sonámbulo es lo mismo.

Se va entre nieblas, huérfano.

¿Quién hiló las almohadas? ¿El olvido?

La mano movediza del recuerdo

con un sombrío ovillo

y tejió la crisálida del lienzo

con una larga víbora de lino

que se enrosca en el alma y en el cuerpo.

Atienda aquel que alguna vez me dijo

hallar quietud seráfica en el sueño;

atienda a mi creencia, a mi pregunta,

que es la de todo soñador despierto.

Creo en mi corazón, su llama oculta

bajo las sábanas, ardiendo.

Creo en mi sangre muda

corriendo como un río del infierno.

¿Cree alguien en la calma de las tumbas,

en la paz de los muertos?

Quieren creer... ¡No lo han creído nunca!

Descansa en paz, sólo es un gran deseo.

Descansa en paz, pero la paz no escucha;

descansa en paz, pero el descanso es ciego.

La muerte, insomne, mira hacia la lucha

y el sueño es el más íntimo desvelo.




De Poemas, 1952





Ida Gramcko
(1924 – 1994). Poeta venezolana.

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