ODA Y GERMINACIONES
II
Daniel F. Gerhartz (1965). Pintor estadounidense. Amethyst
Años tuyos que yo debí
sentir
crecer cerca de mí como
racimos
hasta que hubieras visto
cómo el sol y la tierra
a mis manos de piedra te
hubieran destinado,
hasta que uva con uva
hubieras hecho
cantar en mis venas el
vino.
El viento o el caballo
desviándose pudieron
hacer que yo pasara por
tu infancia
el mismo cielo has visto
cada día
el mismo barro del
invierno oscuro,
la enramada sin fin de
los ciruelos
y su dulzura de color
morado.
Sólo algunos kilómetros
de noche,
las distancias mojadas
de la aurora campestre,
un puñado de tierra nos
separó, los muros
transparentes
que no cruzamos, para que
la vida,
después, pusiera todos
los mares y la tierra
entre nosotros, y nos
acercáramos
a pesar del espacio,
paso a paso buscándonos,
de un océano a otro,
hasta que vi que el cielo
se incendiaba
y volaba en la luz tu
cabellera
y llegaste a mis besos
con el fuego
de un desencadenado
meteoro
y al fundirte en mi
sangre, la dulzura
del ciruelo salvaje
de nuestra infancia
recibí en mi boca,
y te apreté a mi pecho
como
si la tierra y la vida
recobrara.
De: Los versos del Capitán
Pablo Neruda
(1904 – 1973). Poeta
chileno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario