XIV
Recuerdo,
florecida en mi rama,
mi tronco movedizo en el invierno
con su fronda de plata
en el viento,
blanda y azul, como un fantasma.
Y recuerdo,
-¿no es amor la nostalgia?-
aquel sopor de hielo
sobre la alcoba pálida
donde un día, lo recuerdo,
la enardecida llama
ascendió por mi cuerpo
como una hoguera subterránea.
Capullos del incendio,
florescencia escarlata,
para mi fronda lívida de espectro
y mi tronco de nácar.
Me envolvió todo el fuego
a flor de carne y alma
y florecí de amor, en el silencio
pura, encendida acacia.
De: Cámara de cristal (1943)
Ida Gramcko
(1924 - 1994). Poeta venezolana.
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