aún puedo delinearte
cada extremidad de la rosa,
insistir en lunáticas tersuras
armónicas difusas de sed
murmurantes papilas
poemas poríferos
y soles
todavía los pétalos
pueden invadirte
en apacible eros como riada
de hojas y lebreles
candores que enflorecen
donde la espina se vuelve deleitable
temprano podrían caer desde mí
hacia vertientes nubladas por un dejo castaño
en presentida iridiscencia del cuerpo
dilatado allí tu talle en horizonte
agua de púrpura que alcanzas
cuando mis manos vuelven a lo oscuro
y posesionan
De: Rosas de Magdala (1998)
José Gregorio Vílchez Morán
(1965). Poeta venezolano
No hay comentarios:
Publicar un comentario