Todo suena a lástima, a piedad y al fondo
estar en el olvido
Parece que las almas retornaran de un viaje que
nunca hicieron
Todo se escurre, todo se va, alma, y las flores que
tejiste
en días y días de prisas, besos y pausas,
angustiosas pausas, pero melodiosas,
se destiñen en el aire frío.
Presiento que estas manos ya no tienen las
tuyas
deseosas de huir del tacto de mi sombra.
Me recibe el rumor de mis ojos solos
en su golfo asombrado de ser nada,
a pesar del calor de un pecho clamoroso,
pasto de llamas de fieros y ardorosos venenos.
Guardo mi día y la pureza de un pensamiento
en el alcohol que tus ojos preservan
como un ocaso lleno de hojas y sacrificios.
Madre del amor
me siento solo.
De: El día perdurable y
otros poemas
Teófilo Tortolero
(Valencia, 1936 - 1990) Poeta
y abogado venezolano.
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