LA CIUDAD EN SILENCIO
Alexis Pérez-Luna (1949). Fotógrafo venezolano. Serie / Tarantines y Comedores. |
Para Salvador Garmendia
Qué sombrío silencio sin dioses, qué
silencio,
qué gravedad sin árboles silbantes,
qué soledad sin brisas en esta hora del
mundo.
No saber si los hombres son pequeños o
grandes,
qué ternura monstruosa de los minutos, qué
amor tan serenado, Salvador, esta tarde.
Fíjate que las cosas como que nos miraran
suplicando existencia, Salvador, y los
valles
que nos imaginamos para escribir, existen,
porque todas las cosas nos vienen de la
sangre,
todo lo que tenemos en esta hora, y nada
puede negarse a ser en este día, y nadie
ni siquiera ese vaso de cerveza tan frío,
tan silencioso y hondo como el dolor, tan
tarde
que se nos está haciendo, y ese pavor
silente
y el horrible disparo asesino en el aire,
y la canción que suena al fondo, entre las
mesas
como si en un vacío universal Dios
cantase;
qué pavor de estar solos con las cosas,
qué miedo
de no ser sino un fuego que en el silencio
arde,
qué sincero terror de morirse sin gloria,
caerse comme corpo morto cadde,
ni siquiera dantesco
ni nada... Qué dolor, ay hermano, y qué
tarde
se nos está ya haciendo para vivir, el
miedo
de ser un mamoncito de huesos y de carne,
merienda de zamuros, pestilencia sin
brisas,
mientras pasan soldados; qué silencio esta
tarde
y tú y yo estamos solos, pero solos sin
nadie,
como puede estar solo un hombre, como
pueden
estar solas las cosas sin alguien que las
cante,
como puede estar solo el amor, como pueden
estar solos los perros de Dios en esta
tarde.
1962
De: In vino Veritas
Ludovico Silva
(1937-1988). Poeta venezolano.
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