sábado, 27 de abril de 2013

LUDOVICO SILVA



LA CIUDAD EN SILENCIO

Alexis Pérez-Luna (1949). Fotógrafo venezolano. Serie / Tarantines y Comedores.



Para Salvador Garmendia



     Qué sombrío silencio sin dioses, qué silencio,
     qué gravedad sin árboles silbantes,
     qué soledad sin brisas en esta hora del mundo.
     No saber si los hombres son pequeños o grandes,
     qué ternura monstruosa de los minutos, qué
     amor tan serenado, Salvador, esta tarde.
     Fíjate que las cosas como que nos miraran
     suplicando existencia, Salvador, y los valles
     que nos imaginamos para escribir, existen,
     porque todas las cosas nos vienen de la sangre,
     todo lo que tenemos en esta hora, y nada
     puede negarse a ser en este día, y nadie
     ni siquiera ese vaso de cerveza tan frío,
     tan silencioso y hondo como el dolor, tan tarde
     que se nos está haciendo, y ese pavor silente
     y el horrible disparo asesino en el aire,
     y la canción que suena al fondo, entre las mesas
     como si en un vacío universal Dios cantase;
     qué pavor de estar solos con las cosas, qué miedo
     de no ser sino un fuego que en el silencio arde,
     qué sincero terror de morirse sin gloria,
     caerse comme corpo morto cadde,
     ni siquiera dantesco
     ni nada... Qué dolor, ay hermano, y qué tarde
     se nos está ya haciendo para vivir, el miedo
     de ser un mamoncito de huesos y de carne,
     merienda de zamuros, pestilencia sin brisas,
     mientras pasan soldados; qué silencio esta tarde
     y tú y yo estamos solos, pero solos sin nadie,
     como puede estar solo un hombre, como pueden
     estar solas las cosas sin alguien que las cante,
     como puede estar solo el amor, como pueden
     estar solos los perros de Dios en esta tarde.


1962

De: In vino Veritas


Ludovico Silva
(1937-1988). Poeta venezolano.

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