Hermandad de los
nómadas
-a esto nos llevas.
Una tormenta,
sobre la cabeza, la espada:
horror de las palabras
que esperamos.
Como una casa en ruinas,
son las palabras « a casa ».
Las grita el niño con desgarro:
¡vamos a casa!
Casi un bebé ya había dicho:
«¡ Dame! ¡Es mío!»
Hermano mío en los excesos,
fiebre mía, escalofrío.
Mientras todos piden salir,
tú dices sólo: ¡a casa!
Caballo que da tirones al ronzal.
—¡Arriba!—La soga hecha pedazos.
—No hay casa para nosotros.
—Sí, aquí mismo, a diez pasos.
La casa de la montaña. —¿ O más
alta tal vez? ¿La casa es una cumbre?
La ventana justo bajo el tejado. –No sólo
por el fuego de la aurora, encendida,
¿verdad?
De nuevo: la vida—o sea,
la exactitud de los poemas.
«Casa», es decir: ahí
afuera, en la noche.
(Oh, ¿a
quién confiar
el tormento, la pena?
¿Mi angustia, más verde que el hielo?)
—No pienses tanto en ello.
sopesando respondo: — Sí.
Marina Tsvetáieva
(26 de septiembre 1894 - 31 de agosto
1941). Poeta rusa.
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