Espacio y tiempo para la poesía y el arte, un blog de Elizabeth Conte Chassin-Trubert
miércoles, 29 de febrero de 2012
PAUL ÉLUARD
ANSIOSO
No hay tumbas en los bosques
La sombra esperaba estas fugas
Nuestras hacia la claridad
Todos juntos, rompiendo las ramas.
Los troncos que durante el reposo se tatúan
No conocieron nuestros cuchillos
“Un poco más despacio, por favor y esto es todo”.
¿Sabe alguno a dónde vamos?
Vamos a liberar la alegría
Que está en nosotros y que escondemos
Como un árbol esconde sus raíces
O seguiremos siempre esta misma vía.
De: El deber y la inquietud (1917)
LA ENAMORADA
Ella está de pie sobre mis párpados
Y sus cabellos están en los míos
Ella tiene la forma de mis manos
Ella tiene el color de mis ojos
Ella se desvanece en mi sombra
Como una piedra en el cielo.
Ella tiene siempre los ojos abiertos
Y no me deja dormir
Sus sueños a pleno día
Provocan la evaporación de los soles
Me hacen reír llorar y reír
Hablar sin tener nada que decir.
De: Morir de no morir (1924)
NO SE ME PUEDE CONOCER
No se me puede conocer
Más de lo que tú me conoces
Tus ojos en los que dormimos
Los dos solos
Han dado a mis luces de hombre
Mejor suerte que a las noches del mundo
Tus ojos en los cuales viajo
Han dado a los gestos de las rutas
Un sentido separado de la tierra
En tus ojos que nos revelan
Nuestra soledad infinita
Ellos no son más lo que creían ser
No se te puede conocer más de lo que yo te
conozco.
De: Los ojos fértiles (1936)
Paul Éluard
(Seudónimo de Eugène Grindel; Saint-Denis, 1895-Charenton-le-Pont, 1952). Poeta francés.
martes, 28 de febrero de 2012
JOSÉ MARÍA VALVERDE
SALMO DE LA LLUVIA
La lluvia en el crepúsculo
borra el mundo despacio.
Bogando entre las sombras de confusa dulzura
el corazón se escucha latir, en el silencio
que sirve como fondo al rumor sin descanso.
Los brazos de la lluvia me duermen suavemente,
su palabra monótona me canta viejas cosas
de antes de que naciera, y es una larga sílaba
que me lo dice todo, y no me dice nada…
Bosque espeso, penumbra con formas fugitivas,
montaña de neblina que me anonada el alma,
muro gris que me ahoga sin un solo resquicio,
cielo turbio que baja a oprimirme los hombres…
El mundo lo disuelve, a fuerza de lamerlo;
después va diluyendo todas nuestras angustias
en su vago susurro…todo se apaga, suave…
…mas, de pronto, desnuda, se yergue y grita el alma.
¡Soledad prisionera del corazón con lluvia!
Las cosas ¿quién se acuerdan dónde están? Sólo quedan
unos ojos que miran las sombras, mas sin verlas,
y detrás de ese muro, el palpitar de Dios.
Se queda el corazón frente a la frente consigo,
surcando los océanos abisales de lluvia.
–Le desnudó la lluvia de todo dulcemente –
¿Qué vago aliento agita las cortinas del agua?
José María Valverde
(Valencia de Alcántara, 26 de enero
de 1926 - Barcelona, 6 de junio de 1996).
Poeta, ensayista, crítico literario, historiador de las ideas, traductor
y catedrático español.
lunes, 27 de febrero de 2012
VICENTE HUIDOBRO
AL OÍDO DEL TIEMPO
George Pierre Seurat (1859 - 1891). Pintor francés. End of the Jetty, Honfleur, 1886.
Tengo grandes sueños que
acumulan tesoros en las raíces de los
árboles
Tengo ese oficio que hace
morir al mar
Voy andando en semejanza
de cosa alada
A veces canto porque las
lágrimas se hacen demasiado gruesas
El universo viene a
picotear en mis manos
Los que no saben lo
espantan torpemente
Tengo grandes ansias y
vergüenza de todo
Como una hora que se
detiene a pedir pan
Como aquel que no puede
decir lo que quiere
Enterrado al fondo de su
raza
Contemplo de tan alto que
todo se hace aire
Contemplo el ojo enorme
de la tierra
Qué hacer qué hacer
la luna insomne pasa
dulcemente
Un río sin voluntad se
extasía en silencio
La luz empapada en sus
faroles de puertos angustiados
No sabe tampoco que decir
Ni el faro que ilumina
las vitrinas del mar
El río tiene pena
Y una cantidad de ojos
extasiados
Que la noche podría
equivocarse
Que los árboles podrían
hacerse vagabundos
Luego todo se va
Y yo miro la tierra y sus
distancias desesperadas
Cuando las olas se hablan
entre si
No hay formas no hay
colores
No hay seres al fin de
esta luz sin luz
Desaparece la creación y
sus augurios
Sus pensamientos sus
sensaciones y también sus imágenes
Y hasta sus sueños de
sustancias prisioneras
La nada luminosa
Ni luminosa ni oscura
La armonía de la nada sin
armonía
La nada y el todo sin
todo
Para ver esto hay que
resucitar dos veces
Para sentirlo hay que
morir primero
De: El ciudadano del olvido
(1941)
Vicente
Huidobro
(1893 – 1948).
Poeta chileno.
sábado, 25 de febrero de 2012
GABRIEL MANTILLA CHAPARRO
ERLEBNIS Y POESÍA
“La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo”
(Hermann Hesse, Demian)
Hermann Hesse (1877 – 1962).
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I
Se parte de una visión primal de la poesía como “acto espiritual” que conecta al hombre con la Naturaleza, con la Vida, con el Tiempo; y los demás seres y semejantes. Sin descartar que vivimos rodeados de ciencia, de tecnología. Pero cubiertos por una “Realidad” inconmensurable, que nutre lo real, lo aparente, lo tangible lo presentido, la emoción, la sensación, etc. La poesía como Mantra, oración, sacerdocio, magia. El sumo zumo de toda “erlebnis”, el nóema de la experiencia. La palabra fundacional, el Bíblico fiat lux de todos los tiempos. La importancia del poeta, su función en la sociedad a lo largo de la historia. La palabra que funda. Oculta y revela: demiúrgica.
¿Y si después de todo no sobrevive la palabra?(César Vallejo).
Gibran Jalil Gibran (1883 – 1931)
|
Pienso, por ejemplo en un grande, profundo, elevado y delicado Poeta como Khalil Gibrán. El Manchester Guardian de Inglaterra, lo ubica, a Khalil Gibrán, entre los seis primeros escritores contemporáneos en inglés, incluyendo a Joseph Conrad. Familiarizado con todos los matices de la lengua aramea que habló Jesús. El arábigo es rico en palabras y puede expresar casi todos los matices de una palabra. Hay en el mundo árabe, esplendoroso como es, mágico; un gran interés por la palabra “camello”, que hay alrededor de casi seiscientos sustantivos relacionados con “camello”(9)
Abordamos La poesía uncida como en un yugo, a la realidad, connaturales. El Poeta: cumpliendo con el deber y la necesidad de impedir la banalización y desmalezar en el vasto prado de la Realidad, las grandes temáticas y elementos estructurales de esa Zona infinita llamada Poesía: La Muerte, El Amor, la Amistad, la Infancia, la Palabra, lo erótico, el dolor, El tiempo; el Poema, la desesperanza, tristeza, la ausencia, la pérdida, lo lejano, lo antiguo, lo remoto. Lo soñado. . Fuego, ardor, cuerpo, boca, sueño, lenguaje. El Otro.Y la misma Poesía.
II
Escribimos acerca de todo aquello que anida en la mente, anotamos detalles de lo que nos llama la atención, claves que luego servirán para reconstruir las emociones, vivencias (erlebnis) entonces sentidas. He allí lo difícil. Por ello nuestra mirada debe estar unida a todo nuestro ser interior, protagonista y testigo de excepción de lo que puede considerarse “un momento digno de ser vivido y reflexionado”. No olvidaremos lo que vimos y cómo lo Miramos, olimos, sentimos, pensamos, hicimos, comunicamos. Trabajo magno que surge en la activación simultánea y acordada casi musicalmente de la Mano, el cerebro y el lenguaje
René Magritte (1898 - 1967). Pintor belga. The tempest |
Es la Soledad (la que privilegia, no la que condena) una fértil senda para alcanzar lo que se ha dado en llamar “Inspiración”, lo cual podría ser el momento cuando uno busca constituir la visión poética, sin saber exactamente con qué palabras describirla. Se necesita para ello una concentración casi mística. En el cerebro, en nuestro espíritu sentimos y vemos la imagen y paralelamente a ello van llegando las palabras a la estación, a ubicarse en los vagones, se acomodan, se reconocen, intuyen su ubicación, acomodan su equipaje y al final forman el largo tren del poema. La disertación poética.
Siempre me ha parecido que la Poesía tiene un pacto tácito de integración con la religión (cualquiera sea) lo místico, lo simbólico y la biología celular y molecular, biogenética. Realidad que se expresa en estos campos, en un absoluto orden, con reglas insospechadas, fijas y sorprendentes, pero además haciendo gala de una gran belleza, de una multiplicidad de formas y colores. Siempre infinitas como los lunares de la realidad que estudia.
Un Poeta tiene que absorber ese limo, ese zumo, oler la concha, oír el leve crujido de lo que sucede a su alrededor, a través de la inteligencia, la intuición y la sensibilidad, que deben dar el máximo de sus capacidades, la lectura justa, como el sendero óctuple del Budismo:
La justa vista, la justa intención el lenguaje justo, el justo esfuerzo, la conducta justa, la justa concentración
III
Odilon Redon (1840 –1916). Pintor francés. Silence
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Oteando a la Realidad desde el talud de los símbolos, alcanzamos a ver imágenes que tienen una correspondencia casi mágica con la Realidad. Sin cubrir los espejos, donde todo se refleja, el dolor mismo, la ansiedad, el deseo. No buscamos sustituir la Realidad con el Poema, de todas maneras ambos seguirán ocurriendo y estando allí, adonde vaya el poeta, al fin y al cabo el poema tiene su propia realidad. Constituyen su Alma. El Poeta discurre con lo que es particularísimo, singular, en el tráfago donde ocurren las cosas, del modo en que él las ve, por presencia o por ausencia; aunque nadie más las haya visto o sabido valorar. Escribir poesía no para convencer a nadie. Pico de La Mirándola dijo: “homo magnun miraculum est”. Sí, pero el hombre (la mayoría no sabe esto) Muchos están esperando que alguien venga decirles lo ricos que son, los grandes que deben sentirse. Y nadie más indicado para saber estas cosas que el hombre mismo, su interior que clama por expresarse. Muchas personas no saben utilizar su soledad, hacer de ella un estado creativo, los consume el desasosiego, la ansiedad, no hallan qué hacer; desperdician la maravillosa oportunidad de leer, de crear, de confesar, de reflexionar sobre lo que ocupa su mente.
Un poeta está siempre atento a las múltiples informaciones que le llegan de una misma realidad calidoscópica, de un mismo acto, momento o espacio. Ante esto recurre a su imaginación, su intuición, su sensibilidad, su inteligencia., su formación...y de allí parte la versatilidad del poema, su singularidad.
Un poema es singular, irrepetible, como lo es también la emoción y la experiencia de su creación. Nunca más volverá a ocurrir nada semejante. Como ninguna caricia, ninguna ola del mar, es igual a la otra. Cada una es en sí misma. Ningún pintor ha pintado dos veces la misma obra. La poesía es un mar de imágenes pasando bajo el puente de nuestra Existencia, en el espeso bosque de nuestro Destino.
No podemos pasar impunemente por la Poesía. Algo de espectaculares dimensiones debe haber ocurrido para dedicarnos a bucear en Ella. Ser, en su vivencia, como el hombre de Hesse que no es el que sabe, sino el que Busca, como sucede en Demian. El tiempo pasa, eso lo sabemos, las cosas ocurren, los pensamientos llegan, las experiencias, las emociones, están allí, los recuerdos se instalan y en un acto de lealtad se mantienen siempre en la parte más visible del muro, del prado, de la costa, respirando su mineral en el tosco fondo de lo abisal; para que los asumamos antes de extinguirse, en esta voraz manera cómo ocurren la cosas en el Tiempo: amenaza de Muerte por Olvido. Fenómenos actuando, exigiendo respuestas, y que les responde el silencio. (a veces)..porque el silencio es también parte de la Poesía.
IV
Todo lo que amerita ser abordado como materia poética, nos convence de que siempre seremos aprendices en el desempeño del oficio (del vivir) poético. Es parte de nuestra “estructura ontológica”, de nuestro “modo de ser de la Existencia”. La necesidad se educa y Escribir, puede ser una necesidad que exige un ejercicio si no permanente, al menos concentrado y oportuno, cuando las condiciones que pulsan el estado poético se hagan manifiestas y aprovechables. Es, en suma, todo aquello que nos induce a una comprensión de nuestra Existencia. Como decía Cortázar:
“Hay un momento en la vida en que uno mismo se está esperando”
Julio Cortázar (1914 – 1984). |
Es posible que hacer un poema sea como arreglar un reloj desconocido y misterioso, que amenaza caer de nuestras manos antes de que podamos empezar a desarticularlo, antes de conocer sus detalles más íntimos, su sistema. Un poema es a veces como una lápida abandonada por años, hasta que alguien entra de nuevo en contacto con ella, algún remoto pariente, y se dedica a limpiar el chamizo, el yuyo y va descubriendo los signos que sobreviven al tiempo la fecha del nacimiento y de la muerte, el nombre que tuvo el difunto y el epitafio que constituye las primeras y “últimas palabras” que hablan por él. Esa limpieza ceremonial la amerita el poema. Por ello en esa evolución, todo rastro, pieza, copia o borrador, tienen un valor inestimable para la vida del poema. He allí el interés de los estudiosos del Arte por sondear en las posibilidades comunicativas de la Poesía más allá de lo que tenga de irreal, de nostálgica, de celebratoria o de imposible
V
Johannes Vermeer van Delft (1632 - 1675). Pintor neerlandés. Alegoría de la pintura |
Es importante para todo hombre de letras, entrar en contacto con las imágenes, con la pintura, con el cine, para fortalecer la capacidad plástica de la palabra y del mensaje poético. La Realidad, con toda su carga de ironía, paradoja, Espiritualidad y desesperanza. Vincent Van Gogh desea: “una mujer fea o vieja, pero que fuera inteligente y hubiese adquirido un Alma por medio de la experiencia de la Vida, las adversidades y las tristezas”. Con base a un destino desesperanzado, Vincent hace de la Realidad particularísima, suya, su materia pictórica. De allí su fuerza, su carga eléctrica en el trazo, la pincelada, de las estrellas de su gran noche y los restriegos de sol de sus trigales, de la luz que cubre las escasas pertenencias de su habitación en Arlés.. Rimbaud, Baudelaire, Hesse, Kafka, Whitman, Gibran, Rilke, Cortázar, Borges, Mutis, estuvieron siempre en contacto con grandes artistas plásticos, bien para fundir su obra en sus cuadros y sumergirlos en un lenguaje distinto que nos dice lo mismo acerca de la Existencia y de la Poesía. Jasones, argonautas tras el vellocino de oro en esa errancia interior océano de la Realidad, con lo que tiene de Bien, de Mal, de lucha, de Vida, de Muerte y su huella poética. Y la visión totalizadora de esa lucha en el interior del Poeta, del Artista. Pienso en poetas como El Conde Azul (Le Comte bleu) y Aladym, pasajeros infinitos de una ciudad como Mérida y de sus bosques, presencias indubitales, escapados lebreles o antílopes. De las esencias puras de una poesía que hunde sus raíces en el légamo, en la corteza, húmeda y soleada de la Naturaleza y sigue el curso del río allá, en el páramo, en el valle, pronunciando su mágica palabra, como en oración, a cielo abierto, dicha con voz titánica que se expande por toda la garganta de la montaña en un eco que sólo Dios escucha. Dice Aladym:
Hoy el sol ha entrado en mi alma
Y siento que nazco como una pirámide
De luz hacia la eternidad
Ha comenzado la resurrección esperada
He recibido el calor
De la mano de Dios
Amén.
(SOL)
Lo mismo piensa Van Gogh ante los trigales, adonde corría como loco al comienzo y al final de la tarde con su tela sobre la cabeza, corriendo.
De Viaje al poema, 2a edición, 2011.
Gabriel Mantilla Chaparro
Poeta y ensayista venezolano, de origen colombiano (Cali, 1954). Licenciado en Letras y Magister en Literatura Latinoamericana por la Pontificia Universidad Javeriana. Profesor y jefe del Departamento de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Los Andes (ULA), en Mérida. Es autor de numerosos libros de ensayo y de diversos poemarios.
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