jueves, 25 de abril de 2013

PEDRO FRANCISCO LIZARDO


AL FIN, AMOR, DE NUESTRA HISTORIA


Joanna Kustra (1985). Fotógrafa polaca.



Al fin, amor, de nuestra historia sólo queda una espada,
el vino y el lagar ya clausurado y el velo de novia.
Azahares coronan tu frente de elegida
y un aire navegante pasa bajo tu lengua enamorada.
Como una cierva moza en celo agilizada
tú me miras dichosa, poseída y sonora.
Vas del llanto a la límpida lágrima por donde parte el alma.
Tiembla entre tus sueños la rama del laurel y del jacinto,
y el vientre todo es un ardiente valle iluminado
tocando la sagrada penumbra de tu sexo.
Sometida entre rasgadas azucenas te repites
de blancura a blancura, como de cuerpo a cuerpo
pasa el amor hacia la primavera.
Miras tu sombra resplandeciente y cierta
reflejada en mi pecho
y caes a mi lado mansamente como un dulce riachuelo.
Yo soy el mar que te confirma y te contiene,
la vida elemental que llama a tus espigas,
el lento zumo fértil de tu tierra presente.
Vas entre mis huesos, hiedra de finos pulsos,
y en mi sangre resbalas y confundes tus latidos y rosas.
Ya nada tenemos que decirnos sin amarnos
con la dulce insistencia de los días, iguales y distintos,
siempre recomenzando.
Somos el río inmenso y doloroso de la vida que canta,
el agua de inmortales presencias donde todo principia
a ser fecunda zona, árboles, primaveras,
clausurada ventana que convirtióse en cielo,
cauce y rumbo del sueño, rosa abierta y constante.
Todo cuanto toquemos habrá de ser fecundo,
y nombre y señales, y distancias y signos,
mañana entre los brazos del tiempo y del amor,
encontrarán la huella de los dos andando hacia la nada,
hacia la carne eterna que nos hunde y levanta.
Y cuando hasta la muerte descendamos un día,
una espada, y un beso, un vestido y el llanto
será nuestra memoria del paso por la tierra.




De: El Tiempo Derramado





Pedro Francisco Lizardo
(Bejuma, Carabobo, 1920-2001). Poeta venezolano.

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