CUMBOTO. IV
La distancia no
dejará nunca de aumentar,
entre los días y
nosotros, entre el puerto
con sus voces y
los barcos que parten
en la noche como
espejos. La distancia
es lo que nos
une, en el cuarto creciente
y en el cuarto
menguante. Las pisadas
sobre el piso de
madera se repiten,
el sonido de la
casa es diferente y se repite.
La tarde vuelve a
ser la misma, los ojos del perro
buscan otros
ojos, sus pasos se pierden en la tierra.
De: Nuevos poemas
Alejandro Oliveros
(Valencia, Venezuela, 1948). Poeta
venezolano.
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