VIII
Sir Lawrence Alma-Tadema (1836 – 1912). Pintor holandés. Pandora, 1881
Así como la
cabeza de la Quimera echaba llamas y no se quemaba ella misma, me pregunto cómo
es posible que en nuestro mundo interior nos estemos incendiando de cosas
sentidas y ocultas, o inundando copiosamente, en una sigilosa tribulación, sin
explotar.
Si al menos
la vida revelara cada día, una a una esas cosas que atrapa y muerde el afanoso
perro del silencio en sus dobles fauces…pero es posible que la misma vida no
alcanzara para disfrutar su revelación y sus consecuencias. Aunque puede ser que
así como Rilke pedía al joven Kappus que llegara al límite, preguntarse si ser
escritor o escribir le era “verdaderamente necesario”, quizá no sea tan
“necesario” abrir esa caja de Pandora que es el silencio y convenga más dejar
en el armario tantas verdades, tanta certeza. Con la misma distancia que toma
la filosofía del objeto que acecha en sus cavilaciones.
Conocer
todo eso que está a la sombra en lo más íntimo de nuestra conciencia, y como en
la célebre Caja de Pandora (la más genuina curiosidad), es posible que salgan
todos los males y sólo quede la Esperanza…O que salga la Esperanza y sobrevivan
todos los males. Rilke nos advierte que no nos dejemos engañar por las
superficies, “en las profundidades todo se vuelve Ley”.
De: Viaje al poema (2010)
(1954). Poeta, ensayista y docente
universitario venezolano
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