La lluvia tibia y el
viento suave
han liberado hoy por vez
primera al sauce de los fríos cristales de la nieve.
Me extasié contemplando
los melocotoneros, y mis mejillas trascienden ya tímidamente
la primavera de mi
corazón.
Mis pensamientos, como
turbados por el vino, mis sentimientos transidos de poesía,
¿quién los compartirá,
fundiendo con las mías sus lágrimas fraternas?
Se ajaron los afeites de
mi rostro, y me pesan los ornamentos del peinado.
Envuelta aún en ropas
invernales,
lánguidamente hundida
entre colinas de cojines recamados de oro.
Al reclinarme, se hieren
contra ellos los fénix que rematan las horquillas de mi tocado.
Inmersa en soledad,
guardo en mi corazón una melancolía densa y amarga, sin ningún sueño
placentero y bello.
Y, en la noche que
avanza, corto y dispongo la floración de las antorchas.
Li
Ts´Ing Chao
(1084 - 1151). Poeta china.
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