Miré la bruma que envolvía todas las cosas, la levísima
bruma del comienzo de otro día. Salté por encima del muro, siniestro entre la
bruma. Acaso está allí temblando como si lo hubiesen herido. Caminé del otro
lado en un silencio duro. Caminé contra los vientos, contra las garras del
viento dejando que me azotaran. Comencé a buscar la palabra que se hallaba muy
adentro, tocando los bordes del alma. Sentí miedo de perderla, que se me fuera
muy lejos sin yo poder alcanzarla. Pensé en un infinito donde acaso se halla
atrapada. De pronto llegó muy queda sin saber de dónde venía. Su llegada me
dejó estremecida temblando en medio del día.
De: Ese oscuro animal del sueño
Antonia Palacios
Poeta y narradora venezolana
(Caracas, 1915 - 2001)
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