lunes, 3 de junio de 2013

JUAN LISCANO



IV


 
Luis Álvarez de Lugo (1923). Pintor venezolano.



Qué dichosa la herida punzante de tu beso!

¡Qué dichoso el costado que abriste, de mi vida!

¡Qué júbilo de sangre contusa, derramada!

¡Y qué paz en el alma que me pusiste al vivo!

Desde que tú me heriste, a orillas de la noche,

en una hora última que ha sido hora primera,

no hay parte de la vida que no sienta más mía

porque no hay punto de ella que no me está doliendo.

Fui sed del agua misma y hambre del fruto lleno;

ansia de la raíz por volar, por ser ala;

nostalgia con que el viento sueña formas de arraigo

y anhelo de la luz por ser piedra o ser sombra.

Herísteme en la sangre con viva sangre tuya,

aplacaste mi sed con brasas de tus manos,

tus ojos, tus cabellos velaron el silencio

en que hubo de morir la voz con que te hablaba.

Quédeme ciego y mudo de verte y de nombrarte,

doblé mi pensamiento hacia tu tierra umbría,

sangraban mis raíces y entre tinieblas rojas

la boca de mi herida volvió a buscar tu boca.





De: Rito de sombra (1961)





Juan Liscano
(Caracas, 1915 – 2001). Poeta, ensayista y crítico venezolano

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